Enclavado en la costa norte de Asturias, el concejo de Carreño se despliega como un destino turístico que combina a la perfección la belleza natural del mar Cantábrico con una rica herencia cultural y arquitectónica. Este concejo, que limita al este con la ciudad de Gijón, es un lugar donde la historia, la tradición y el paisaje se entrelazan para ofrecer a los visitantes una experiencia inolvidable.
La localidad de Candás, el corazón de Carreño, es un reflejo vibrante de esta fusión de mar y tierra. Sus calles, llenas de vida, están impregnadas de un encanto marinero que se manifiesta en cada rincón. La iglesia de San Félix y Cristo de Candás es un punto de partida ideal para cualquier recorrido por la localidad. Este templo, con su imponente estructura, es un ejemplo significativo de la arquitectura religiosa asturiana, y alberga en su interior al Cristo de Candás, una figura venerada por los fieles. La devoción popular y el arte sacro se encuentran en este lugar sagrado, que ha sido testigo de innumerables ceremonias y celebraciones a lo largo de los siglos.
Cerca de la iglesia, el Centro de Escultura de Candás, también conocido como el Museo Antón, rinde homenaje al famoso escultor local, Antonio Rodríguez García "Antón". Este museo es un espacio donde el arte cobra vida, exhibiendo no solo las obras del propio Antón, sino también una rica colección de esculturas contemporáneas. Es un lugar que invita a la reflexión y a la apreciación del arte en todas sus formas, y que conecta a los visitantes con la tradición artística de la región.
Siguiendo el litoral, el Faro de Candás, situado en el Cabo de San Antonio, se erige como un guardián centenario de los mares asturianos. Desde su emplazamiento, las vistas del Cantábrico son simplemente espectaculares, con el horizonte infinito que se funde con el cielo. Este faro, que ha guiado a los marineros durante generaciones, es también un símbolo del estrecho vínculo entre Candás y el mar, un vínculo que ha dado forma a la identidad de la localidad.
A pocos pasos del faro se encuentra la Ermita de San Roque, un pequeño pero encantador santuario que data del siglo XVI. La ermita, dedicada al patrón de Candás, es un lugar de peregrinación y devoción, especialmente durante las festividades de San Roque en agosto, cuando la localidad se llena de vida con celebraciones tradicionales. La ermita, con su ubicación privilegiada sobre una colina, ofrece unas vistas panorámicas de Candás y su puerto, un lugar perfecto para disfrutar de la tranquilidad y la belleza del entorno.
El Centro Cultural Teatro Prendes, también en Candás, es otro de los pilares culturales del concejo. Este teatro, con una programación variada que incluye desde representaciones teatrales hasta conciertos y proyecciones de cine, es un punto de encuentro para los amantes de la cultura. Su arquitectura, que combina elementos tradicionales con toques modernos, refleja el espíritu dinámico de Candás, una localidad que honra su pasado mientras mira hacia el futuro.
El Parque de Les Conserveres, ubicado en la Avenida Constitución, es un espacio verde que celebra la historia industrial de Candás, especialmente su legado en la industria conservera. El parque, con sus zonas ajardinadas y áreas de recreo, es un lugar ideal para pasear y relajarse, al mismo tiempo que se conecta con la historia local a través de los elementos escultóricos y las referencias a la tradición conservera que marcó la economía de la región.
Para quienes desean obtener más información sobre el concejo y sus múltiples atractivos, la Oficina de Turismo de Carreño, también situada en Candás, es el lugar perfecto para comenzar. Aquí, los visitantes pueden encontrar folletos, mapas y consejos sobre qué ver y hacer en la zona, asegurándose de no perderse ninguno de los tesoros que Carreño tiene para ofrecer.
El puerto de Candás es otro de los puntos emblemáticos de la localidad. Este puerto pesquero, con su ambiente animado y auténtico, es un lugar donde se puede observar la vida cotidiana de los marineros y disfrutar del ajetreo de las embarcaciones que llegan y parten. Además, el puerto es un excelente punto de partida para explorar las numerosas playas de la zona, como la Playa de la Palmera, una playa urbana ideal para un día de descanso junto al mar.
Más allá de Candás, el concejo de Carreño alberga otras joyas arquitectónicas de gran valor histórico. La iglesia de Santa María de Logrezana, con su origen románico, es un testimonio del legado religioso medieval en la región. Este templo, con sus robustos muros de piedra y su sobria elegancia, transporta a los visitantes a una época en la que la fe era el centro de la vida comunitaria. Del mismo modo, la iglesia de Santa María de Piedeloro, construida en el siglo XIII, es un ejemplo de la arquitectura religiosa asturiana de la Edad Media, con su encantador entorno rural que invita a la contemplación y el recogimiento.
Para los amantes de la naturaleza, Carreño ofrece paisajes impresionantes y rutas de senderismo que permiten explorar la belleza natural del concejo. La Playa de Carranques, con su fina arena y aguas cristalinas, es un lugar perfecto para disfrutar del sol y el mar en un entorno tranquilo y relajante. La Vía Verde del Tranqueru, una antigua vía férrea convertida en sendero, es ideal para caminatas y paseos en bicicleta, ofreciendo vistas espectaculares de la costa y la Playa de El Tranqueru.
La Sierra Areo, con su Área Recreativa Monte Areo, es un espacio natural que invita a la aventura y el descubrimiento. Aquí, los visitantes pueden disfrutar de rutas de senderismo que recorren bosques frondosos y colinas verdes, culminando en el Mirador de Bayas, desde donde se pueden contemplar vistas panorámicas de la costa asturiana y el mar Cantábrico en todo su esplendor.
Finalmente, no se puede hablar de Carreño sin mencionar su rica gastronomía, especialmente las sardinas, que son una delicia local. Estas se pueden disfrutar en numerosos bares y restaurantes de la zona, ya sea asadas a la parrilla o en tapas, acompañadas de un buen vino o sidra asturiana. La cocina de Carreño es un reflejo de su conexión con el mar y su tierra fértil, ofreciendo sabores auténticos que capturan la esencia de la región.