En el corazón del Principado de Asturias, el concejo de Nava ofrece una rica mezcla de historia, cultura y naturaleza que atrae a visitantes de todos los rincones del mundo. Dominado por la belleza natural de sus montañas y ríos, Nava es un lugar donde la tradición asturiana se entrelaza con un paisaje impresionante y una vibrante vida cultural.
El río Piloña, principal curso fluvial que atraviesa el concejo, es un elemento vital que da vida a la región. Sus aguas cristalinas se desplazan serenamente a través del paisaje, ofreciendo un espectáculo visual que invita a paseos tranquilos a lo largo de sus orillas. Los afluentes del Piloña, como el río Pra y el río Viao, enriquecen aún más este entorno natural, creando un tapiz de aguas que serpentean entre montañas y valles.
Las montañas que rodean Nava son igualmente fascinantes. La Sierra de Ques, que marca el límite este con el concejo de Piloña, y la Sierra de Peñamayor, ofrecen rutas de senderismo que se adentran en la belleza agreste del paisaje asturiano. Los senderistas pueden explorar estas cordilleras, disfrutando de vistas panorámicas que abarcan desde las suaves colinas hasta las cumbres más escarpadas, todo ello envuelto en la serenidad de la naturaleza.
En términos de patrimonio histórico, Nava está adornada con una serie de edificaciones notables que reflejan su rica historia. El Monasterio de San Bartolomé, aunque actualmente no conserva restos visibles, es un símbolo de la influencia religiosa en la región durante el siglo XI. Su existencia es testimonio del papel crucial que los monasterios desempeñaron en la vida espiritual y cultural de la Edad Media en Asturias. Este monasterio, con su fundación en el siglo XI, habría sido un centro de aprendizaje y espiritualidad, marcando el desarrollo de la vida monástica en la región durante un período de gran importancia histórica.
La Iglesia de San Andrés, erigida en 1896, destaca por su nave única construida en ladrillo, lo que representa un giro hacia un estilo arquitectónico más moderno en comparación con las estructuras religiosas tradicionales de la región. Este edificio ofrece una visión de la evolución de la arquitectura eclesiástica en Asturias, combinando elementos clásicos con influencias más contemporáneas. Su diseño refleja un esfuerzo por adaptarse a las necesidades y estilos del fin del siglo XIX, manteniendo al mismo tiempo una conexión con las tradiciones arquitectónicas previas.
La Capilla de los Santos Mártires, construida en el siglo XVI, es otro importante hito en el patrimonio histórico de Nava. Su cabecera cuadrada es un ejemplo del estilo arquitectónico típico de la época, que incluye detalles tanto de la arquitectura medieval como de las influencias renacentistas. Esta capilla no solo sirve como lugar de culto, sino también como un monumento a la devoción religiosa que ha caracterizado a la región a lo largo de los siglos.
El Palacio de la Ferrería, que data de los siglos XIV al XVIII, combina elementos de la arquitectura medieval con características de épocas posteriores. Este edificio cuenta con una torre medieval y una capilla añadida, que ilustran cómo las edificaciones se han adaptado a lo largo del tiempo para cumplir diversas funciones. El Palacio es un testimonio de la evolución del diseño y la función de los edificios en Nava, desde sus orígenes como una fortaleza medieval hasta su transformación en una residencia señorial.
El Portalón, con su majestuoso arco de medio punto del siglo XVII, es un ejemplo destacado de la arquitectura de la época barroca en la región. Este arco, imponente y elegante, sirve como entrada a un espacio que ha sido testigo de numerosos eventos históricos y proporciona un enlace tangible con el pasado de Nava.
Finalmente, la Casa de la Capilla, construida en el siglo XVIII con una característica forma en "L" y corredores, representa una etapa de transición en la arquitectura de la región. Esta casa es un ejemplo de cómo las construcciones residenciales comenzaron a incorporar características más complejas y funcionales, reflejando los cambios en las necesidades y preferencias de la sociedad asturiana en el siglo XVIII.
Estos edificios históricos no solo enriquecen el paisaje arquitectónico de Nava, sino que también ofrecen a los visitantes una profunda comprensión de la evolución cultural y arquitectónica de la región a lo largo de los siglos.
La Fundación Roel, establecida en el siglo XX como escuela y dispensario, y la Villa Maximina, con su estilo montañés y cerámica del año 1925, añaden una capa más de historia a la rica tapeza cultural de Nava. Además, el Museo de la Sidra de Asturias, ubicado en la Plaza Príncipe de Asturias, ofrece una inmersión en una de las tradiciones más queridas de la región, celebrando la elaboración de la sidra, una bebida emblemática de Asturias.
El Palacio de la Cogolla, una destacada edificación que data de los siglos XVI y XVII, ofrece una fascinante visión de la evolución arquitectónica en Nava. Este palacio combina una majestuosa torre con una imponente fachada que refleja el esplendor del estilo renacentista y barroco. La torre, con sus detalles ornamentales y su estructura robusta, proporciona una ventana al pasado de la nobleza asturiana, mientras que la fachada demuestra la riqueza decorativa y la importancia de la arquitectura palaciega en la región durante el Renacimiento y el Barroco. La combinación de estos elementos hace del Palacio de la Cogolla un punto focal en el patrimonio histórico de Nava, proporcionando a los visitantes una experiencia visualmente rica y culturalmente significativa.
Por otro lado, la Iglesia de San Bartolomé, con sus tres naves y su construcción en sillarejo del siglo XX, añade una capa adicional a la experiencia cultural en Nava. Aunque de una época más reciente, esta iglesia representa la adaptación de las formas tradicionales de la arquitectura eclesiástica a los requerimientos contemporáneos. Su diseño de tres naves permite una gran capacidad de acogida y es testimonio del continuo interés por mantener y renovar las tradiciones religiosas en la región. La utilización del sillarejo, una técnica constructiva que remonta a épocas anteriores, añade una conexión histórica con las estructuras eclesiásticas medievales, creando un puente entre el pasado y el presente.
Para los amantes de la naturaleza y las actividades al aire libre, la Senda Cuatro Caminos ofrece una oportunidad inmejorable para explorar el impresionante entorno natural de Nava. Esta senda, que se inicia desde el Campo de Fútbol Municipal, proporciona acceso a una serie de rutas que serpentean a través de paisajes naturales variados y pintorescos. Los senderistas pueden disfrutar de vistas panorámicas de la región, adentrándose en bosques frondosos y a lo largo de arroyos serenos. La senda no solo facilita el contacto directo con la belleza natural de Nava, sino que también ofrece un espacio para la observación de la fauna local y la apreciación de la flora autóctona, enriqueciendo la experiencia al aire libre en esta parte del Principado de Asturias.