Arbúcies, un encantador municipio situado en la comarca de la Selva, fue el destino de mi día de turismo. Rodeado por los imponentes paisajes del Montseny y las Guilleries, Arbúcies ofrece una combinación perfecta de naturaleza y patrimonio histórico.
Mi primera parada fue en el imponente Castell de Montsoriu, ubicado en el Parc Natural del Montseny. Este castillo, de estilo gótico catalán con restos románicos y prerrománicos, se encuentra en la cima del Turó de Montsoriu. Su construcción se remonta a la segunda mitad del siglo X, con partes prerrománicas del mismo siglo, partes románicas del siglo XIII y partes góticas del siglo XIV. A lo largo de los siglos, ha experimentado pequeñas reformas, como las realizadas en el siglo XVII. Desde lo alto del castillo, pude disfrutar de unas vistas impresionantes del entorno natural que lo rodea.
Continué mi recorrido hacia la Bassa de la Farga, un estanque natural. Caminé por un pasaje de madera y tierra que rodea toda la Bassa, disfrutando de la tranquilidad y la belleza de este entorno acuático. El lugar es perfecto para relajarse, admirar la naturaleza y disfrutar de un picnic junto al agua.
Luego, visité la Torre de Vilarmau, una construcción ubicada en el término de Arbúcies. Esta torre, de estilo arquitectónico románico, forma parte del Parc Natural del Montseny. Aunque se encuentra en mal estado, aún conserva su encanto y proporciona una visión fascinante de la historia de la región. Construida en el siglo XII, en el Turó de Vilarmau, la torre fue utilizada como torre de vigilancia y también formó parte de la red de telegrafía óptica.
No podía dejar de visitar la Torre de les Bruixes, otra torre de vigilancia ubicada en el Parc Natural del Montseny. Esta fortificación de forma cuadrangular, construida en el siglo X, añadió un toque de misterio a mi recorrido. Desde su ubicación, pude apreciar la belleza de los alrededores y la importancia histórica de esta zona.
Continuando con la visita a Arbúcies, llegué a Sant Quirze d'Arbúcies, una iglesia gótica ubicada en el corazón del municipio. Esta iglesia, de una sola nave con capillas laterales, fue construida en los siglos XV y XX. Su estilo arquitectónico es gótico tardío, y se encuentra en la Plaça de la Vila. Al entrar, quedé impresionado por la belleza y la atmósfera serena que se respiraba en su interior.
Después, me dirigí a la Mare de Déu de la Pietat, una obra historicista en Arbúcies. Este edificio, construido en el siglo XVIII, presenta una planta de cruz griega. Su estilo arquitectónico es el historicismo arquitectónico, y se encuentra en la Plaça de la Pietat. La estructura del edificio y sus detalles arquitectónicos reflejan la influencia de diferentes épocas y estilos, creando un ambiente único.
Continuando mi recorrido, llegué al Hotel Montsoriu, una obra neoclásica en Arbúcies. Este hotel, construido en el siglo XX, exhibe un estilo arquitectónico neoclásico. Su ubicación en la Calle Camprodon le confiere una posición privilegiada en el centro del municipio. El diseño elegante y refinado del edificio, inspirado en los ideales estéticos de la antigua Grecia y Roma, lo convierte en un punto de referencia arquitectónico en la zona.
Finalmente, me dirigí al Carrer del Vern, una calle alargada y estrecha en Arbúcies. Entre sus edificios, destacaba el casal de la actual rectoría, que añadía un toque de encanto y autenticidad al entorno. Caminar por esta calle me permitió sumergirme en la historia del lugar y apreciar la arquitectura del siglo XVI presente en sus construcciones.