La Sénia, un encantador municipio situado en la comarca del Montsià, en el límite con el País Valencià, es el destino perfecto para un día de turismo. Esta localidad forma parte del Parc Natural dels Ports, lo que significa que ofrece un entorno natural impresionante y lleno de belleza.
El día comienza con una visita a La Fageda del Retaule, un hermoso bosque de hayas ubicado dentro del Parc Natural dels Ports. Este bosque de hoja caduca es un lugar tranquilo y sereno que invita a disfrutar de la naturaleza en su estado más puro.
Continuando la exploración, se llega al Pi Gros del Retaule, el pino más alto y grueso de Cataluña y el de mayor diámetro en la península ibérica. Con una altura de 32 metros, este imponente árbol se encuentra en el Parc Natural dels Ports, justo después del embalse de Ulldecona. Es un hito natural que merece ser admirado.
La siguiente parada es en Els Sants Metges de la Sénia, una pequeña capilla situada a 2 km del pueblo. Construida entre los siglos XIX y XX, esta capilla de estilo arquitectónico popular es un lugar de devoción y tranquilidad. Se encuentra en la carretera hacia Tinança de Benifassar y ofrece un ambiente sereno para la reflexión.
La visita continúa en la iglesia de Sant Bartomeu de la Sénia, construida en el siglo XVIII. Esta iglesia de estilo barroco destaca por su campanario alto y su nave única. Es un lugar de importancia histórica y arquitectónica en la localidad, donde se puede apreciar la belleza de la arquitectura religiosa.
Se llega a Mare de Déu de Pallerols, una capilla-pedra considerada ermita del pueblo y ubicada en la cima de la montaña de Pallerols. Construida en el siglo XX y de estilo arquitectónico popular, esta capilla ofrece una vista panorámica impresionante de los alrededores y es un lugar de tranquilidad y espiritualidad.
Después de visitar las iglesias y capillas, es momento de explorar otros puntos de interés en La Sénia. La siguiente parada es en la Creu de terme del Prigó, una cruz de término ubicada en la localidad. Construida en los siglos XIV-XV y restaurada en el siglo XX, esta cruz de término es un símbolo histórico y se encuentra en la entrada antigua del pueblo. Su estilo arquitectónico es gótico y se localiza en el Carrer Barcelona, en la placeta del Prigó.
Continuando el paseo, es recomendable recorrer la Plaça Major, el Carrer Major, el Carrer Jaume I y el Carrer Galileu. Estas calles, de época medieval, ofrecen una experiencia encantadora y permiten apreciar la arquitectura tradicional de la zona. Las paredes de las casas están hechas con mampostería revocada, lo que les otorga un encanto especial.
Además, se puede visitar la Font Vella de la Plaça Major, una fuente que es una obra de La Sénia. El agua cae en una pica de losas de piedra y se accede a la fuente a través de dos tramos laterales de escaleras que descienden hasta llegar a un rellano. Construida a principios del siglo XIX en estilo arquitectónico popular, esta fuente se encuentra en la Plaça Major y añade un toque de encanto histórico al entorno.