Comenzamos nuestro día de turismo en Montbrió del Camp, un encantador municipio ubicado en la comarca del Baix Camp, en el corazón de la región.
Nuestra primera parada es la Capella de Sant Antoni de Pàdua, una ermita situada en el municipio. Construida en el siglo XVIII, esta iglesia presenta elementos de arquitectura renacentista y neoclásica. Nos maravillamos con su diseño y nos sumergimos en su ambiente tranquilo en la Plaza de Sant Antoni.
Continuamos nuestro recorrido hacia la Mare de Déu del Carme de Montbrió del Camp, una iglesia con influencias neoclásicas y románticas. Construida en el siglo XIX, destaca por su campanario alto y su estilo arquitectónico de neoclasicismo-romántico. Nos adentramos en su interior y apreciamos su belleza y serenidad en el Carrer de Sant Jordi.
Seguimos hacia Sant Pere de Montbrió del Camp, la iglesia parroquial de estilo barroco del municipio. Esta construcción del siglo XVII, de una sola nave, exhibe características arquitectónicas renacentistas. Nos maravillamos con su fachada y entramos para admirar su interior en el Carrer Major.
No podemos dejar de visitar el Mas de l'Hereu, una masía rural catalana que data del siglo XII. Con su arquitectura popular y una torre de defensa, este lugar ha sido declarado bien cultural de interés nacional. Nos transportamos en el tiempo mientras exploramos este emblemático edificio.
Continuando nuestro recorrido, nos adentramos en el centro histórico de Montbrió del Camp, el núcleo antiguo del pueblo. Aquí encontramos la Closa, donde se sitúa el acceso al centro histórico. El callejón pasa por debajo de una torre medieval que forma parte del Ayuntamiento. En la Plaça de la Vila, destacamos la Casa de Bargalló, una casa del siglo XVII que añade encanto a la plaza.
No podemos dejar de visitar la Casa de la Vila de Montbrió del Camp, un edificio de estilo renacentista que conserva una torre medieval. Construida en el siglo XVII, esta casa consistorial se encuentra en la Plaça de la Vila. Admiramos su arquitectura renacentista y nos maravillamos con la combinación de estilos.
A medida que exploramos más allá del centro histórico, nos encontramos con la Riera de Riudecanyes. Este curso de agua fluye hasta desembocar en el mar Mediterráneo, ofreciendo un paisaje natural impresionante y una fuente de vida para la región.
Finalmente, llegamos a la Torre de la Closa, una torre de defensa de la época medieval. Construida en el siglo XIV, esta torre de arquitectura popular se encuentra en la Plaça de la Vila. Nos impresionamos con su historia y nos imaginamos cómo servía como protección en tiempos pasados.