Un día de turismo en Móra d'Ebre comienza explorando esta encantadora ciudad situada en la ribera derecha del río Ebro. Como municipio capital de la comarca de la Ribera d'Ebre, Móra d'Ebre ofrece una mezcla única de historia y belleza natural.
La primera parada es en el Convent de les Mínimes, un impresionante edificio y monasterio de la familia mínima. Construido en los siglos XIX y XX, este convento destaca por su estilo arquitectónico de historicismo y arquitectura popular. Se encuentra en la Plaça Venerable Sor Filomena Ferrer y es un lugar de interés cultural en la ciudad.
Continuando el recorrido, se llega a la Mare de Déu dels Dolors de Móra d'Ebre, una ermita ubicada al norte del núcleo urbano. Este templo de una sola nave, construido en el siglo XIX, exhibe un estilo arquitectónico popular. Es un lugar de devoción religiosa y ofrece una atmósfera tranquila y serena.
Otra parada en Móra d'Ebre es la iglesia parroquial de Sant Joan Baptista, situada en el corazón del casco antiguo de la población. Construida en los siglos XII, XV, XVI, XVIII, XX y XXI, esta iglesia presenta una combinación de estilos arquitectónicos que reflejan las últimas tendencias, incluido el barroco. Es un lugar de importancia histórica y arquitectónica en la ciudad.
El Monument a Julio Antonio es una escultura que se encuentra en el núcleo antiguo de Móra d'Ebre. Consiste en un busto de bronce de Julio Antonio colocado sobre un pedestal alto. Este monumento, construido en 1929, rinde homenaje a Julio Antonio, y su estilo arquitectónico sigue el movimiento artístico del Noucentisme. Se encuentra en la Plaça de Dalt y añade un toque cultural al paisaje urbano.
El Pont de Móra es una infraestructura vial que une las poblaciones de Móra d'Ebre y Móra la Nova. Construido en la primera mitad del siglo XX, este puente atraviesa el río Ebro y destaca por su diseño arquitectónico moderno. Es un punto de conexión importante entre las dos localidades y ofrece vistas panorámicas del curso del río.
Continuando la visita en Móra d'Ebre, se llega a la Plaça de Braus, una antigua plaza de toros que actualmente se encuentra en desuso. Construida en el siglo XIX, esta plaza es un testimonio de la tradición taurina en la ciudad. Se ubica al final del Passeig de l'Ebre y es un lugar interesante para conocer la historia cultural de Móra d'Ebre.
El siguiente punto de interés es el castell de Móra, un antiguo edificio militar de origen islámico. Situado al norte del núcleo urbano, este castillo tiene registros documentados desde el año 1060. Ofrece una gran vista panorámica de todo el entorno y representa un importante elemento del patrimonio histórico de la ciudad. Se encuentra en el Carrer Raval de Jesús y es un lugar destacado para los amantes de la historia y la arquitectura.
La Plaça de Baix y el Passeig de l'Ebre conforman un conjunto de vías al noroeste del núcleo urbano, dentro de los límites del casco antiguo. Construidos en la época medieval y posteriormente modificados en los siglos XVIII y XIX, estos espacios públicos exhiben un estilo arquitectónico popular. La Plaça de Baix es una plaza central donde se concentran diversas actividades comerciales y sociales, mientras que el Passeig de l'Ebre es un paseo que bordea el río y ofrece un entorno agradable para pasear y disfrutar del paisaje.