Banyoles, la encantadora capital de la comarca del Pla de l'Estany, fue el destino de mi día de turismo. Lo más destacado de este municipio es su impresionante lago, el más grande de Cataluña, que se encuentra dentro de su término municipal.
Mi primera parada fue en el Monestir de Sant Esteve de Banyoles, una magnífica obra arquitectónica. Este monasterio, construido en los siglos XVIII y XIX, presenta una nave con capillas laterales. Su estilo arquitectónico combina elementos neoclásicos, barrocos y góticos. Ubicado en la Plaça del Monestir, el monasterio es un lugar de gran belleza y tranquilidad.
Luego, visité la església de Sant Jaume de Puigpalter, una iglesia de estilo románico. Construida en el siglo XII, esta pequeña capilla de planta rectangular es una joya arquitectónica. Su ambiente sereno y su rica historia me cautivaron mientras exploraba sus rincones.
La Església del Carme de Banyoles, una iglesia neoclásica, también formó parte de mi recorrido. Esta iglesia, de planta rectangular, fue construida en el siglo XIX y presenta elementos arquitectónicos neoclásicos. Ubicada en el Carrer Dr. Hiserhn, su elegante diseño y su ambiente espiritual la convierten en un lugar de gran importancia en Banyoles.
Otra iglesia que visité fue Santa Maria dels Turers, una iglesia católica romana ubicada en la Plaza de Santa Maria. Su construcción se llevó a cabo entre los años 1269 y 1333, con modificaciones realizadas en los siglos XVII y XIX. Su estilo arquitectónico predominante es el gótico, aunque también se pueden apreciar influencias del neoclasicismo. Fue un lugar de gran belleza y espiritualidad.
Llegué a la Església del Remei de Guèmol, una iglesia barroca ubicada en el núcleo de Guèmol. Esta iglesia, construida en el siglo XVIII, presenta una planta basilical de una sola nave. Su estilo arquitectónico barroco se destaca por sus detalles ornamentados y su exquisita decoración.
Continuando mi visita, llegué a la Plaça Major de Banyoles, una hermosa plaza pública en el corazón de la ciudad. Los porches de la plaza están formados por arcos de piedra que le dan un encanto especial. Esta plaza es un lugar de encuentro y actividad, rodeada de edificios con diferentes estilos arquitectónicos como el gótico, el neoclásico y la arquitectura popular.
Después, exploré la Muralla de Banyoles, una obra que se encuentra en la ciudad. Aunque solo se conserva un tramo notable de la muralla medieval, es posible apreciarlo en el Parc de la Muralla, así como en las calles Santa Maria, Sant Pere y Canal. Este vestigio histórico es testigo de la antigua fortificación de la ciudad y su importancia defensiva en el pasado.
Continuando mi recorrido, me dirigí al Puig de Sant Martirià, una montaña de 242 metros que se encuentra en el municipio de Banyoles. En la cima de esta colina se encuentra la ermita homónima, que ofrece vistas impresionantes de los alrededores. Este lugar sagrado es un punto de referencia en Banyoles y ofrece la oportunidad de disfrutar de la naturaleza y la tranquilidad.