Un día de turismo en Verdú comienza con la llegada al municipio, ubicado en la comarca de l'Urgell. Verdú es un lugar con un rico patrimonio histórico y arquitectónico que vale la pena explorar.
Nuestra primera parada es la Creu de terme, situada en la primera intersección de calles en la entrada del pueblo. Esta cruz gótica se encuentra en excelente estado de conservación y es un ejemplo destacado de su estilo arquitectónico. Su presencia evoca tiempos pasados y añade encanto al entorno. Está ubicada en el Passeig Tomàs Pellissó.
Continuamos nuestro recorrido por la Plaça Major, una plaza de planta irregular ubicada en el centro del pueblo. Rodeada de casas con soportales, esta plaza es el corazón de Verdú y refleja la historia y la vida cotidiana de la localidad. Es un lugar ideal para pasear, disfrutar de una pausa en una terraza o admirar la arquitectura tradicional de la zona.
Uno de los edificios emblemáticos de la Plaça Major es Cal Castelló, una casa que forma parte de la plaza. Esta casa sigue una estructura típica que define el urbanismo y la apariencia de la plaza. Destacan las arcadas que sostienen el entablamento y el tejado de los soportales de la plaza. Es un ejemplo interesante de la arquitectura popular de la época. Fue construida en el siglo XVIII.
Continuando con nuestra visita a Verdú, nos encontramos con el imponente Ajuntament de Verdú, un edificio que alberga el Ayuntamiento. Construido en los siglos XVI y XVIII, este edificio se destaca por su arquitectura noble de piedra vista. Combina elementos del estilo popular y el barroco, y se encuentra ubicado en la Avenida de la Paz. Es un símbolo importante del poder y la administración local.
No podemos dejar de visitar las iglesias históricas de Verdú. La Església de Sant Miquel es una iglesia que data del siglo XIV y ha sido modificada en el siglo XX. Su estilo arquitectónico es gótico y se encuentra en la calle de Sant Miquel.
Otra iglesia importante es Santa Maria, que combina elementos románicos y góticos. Su construcción se remonta al siglo XIII y ha sufrido modificaciones en el siglo XVII. Esta iglesia, situada en la Plaza Bisbe Comelles, es un testimonio de la evolución arquitectónica a lo largo de los siglos y muestra la belleza de los estilos románico y gótico.
No podemos dejar de mencionar el Castell de Verdú, el núcleo central alrededor del cual se fue formando la población. Este castillo cuenta con una arquitectura que abarca estilos románicos y góticos. Su presencia en la Plaza del Bisbe Comelles evoca la historia medieval de la localidad y ofrece una vista impresionante de la zona.
Por último, visitamos la Església de Sant Pere Claver, una iglesia del siglo XIX con una fachada de estilo neogótico. Su nave única y su arquitectura de historicismo arquitectónico la hacen destacar en el paisaje urbano de Verdú.