Hoy decidí explorar Palafolls, un encantador municipio en la comarca del Maresme, provincia de Barcelona.
Comencé mi día visitando el animado mercado semanal que se celebra los sábados. Allí pude disfrutar de la vibrante atmósfera y descubrir productos locales frescos y artesanías únicas.
Mi siguiente parada fue el impresionante Palauet de Palafolls, una obra arquitectónica diseñada por el renombrado Arata Isozaki, el mismo arquitecto japonés responsable del Palau Sant Jordi de Barcelona. Quedé maravillado por su diseño y elegancia.
Continué mi recorrido hacia Sant Genís de Palafolls, una hermosa iglesia que combina los estilos románico y gótico. Su construcción data de los siglos X al XVI, y sus características arquitectónicas me cautivaron.
Luego, me adentré en la tranquilidad de Sant Pere de Vivelles, una encantadora iglesia barroca construida en el siglo XVIII. Su exquisito estilo arquitectónico barroco y detalles ornamentales me dejaron impresionado.
Mi siguiente parada fue la iglesia de Santa Maria Assumpta de Palafolls, un ejemplo destacado del historicismo arquitectónico. Ubicada en el carrer Major, su construcción en el siglo XIX y su estilo arquitectónico historicista la convierten en un punto de interés notable.
Decidí disfrutar de la naturaleza de Palafolls y me dirigí al Turó de Can Jordà, una pequeña montaña de 50 metros que se encuentra en el municipio. Desde allí, pude apreciar hermosas vistas panorámicas de los alrededores y respirar aire fresco.
Luego ascendí al majestuoso Turó del Castell, una montaña de 154 metros situada en el municipio de Palafolls, en la comarca del Maresme. En su cima se encuentra el imponente Castell de Palafolls, un edificio militar medieval que se erige como un testigo del pasado histórico de la región. Sus construcciones y muros me trasladaron a tiempos pasados y despertaron mi imaginación.
Decidí pasar una tarde explorando la hermosa Serra de Miralles, una impresionante sierra ubicada en los municipios de Palafolls y Santa Susanna, en la comarca del Maresme. Para acceder a ella, me dirigí al municipio de Malgrat de Mar, desde donde se puede contemplar y disfrutar de sus maravillas naturales.
Mi objetivo principal era alcanzar el punto más alto de la sierra, el Turó Gros de Miralles. Con determinación y entusiasmo, comencé mi ascenso por los senderos bien señalizados que serpentean a través del bosque. Mientras caminaba, el aire fresco y la fragancia de la naturaleza me envolvían, creando una atmósfera revitalizante.
Después de un tiempo, llegué al punto culminante de la sierra, el Turó Gros de Miralles. Desde lo alto, la vista panorámica era simplemente impresionante. Pude contemplar la majestuosidad del paisaje del Maresme, con sus ondulantes colinas, extensos campos y, a lo lejos, el resplandeciente mar Mediterráneo.
Antes de finalizar mi día, me detuve en la encantadora Plaça Major, ubicada en el barrio de les Ferreries. Aquí convergen el Camí Vell de Sant Genís de Palafolls y una atmósfera acogedora llena de cafés y restaurantes donde disfruté de un merecido descanso y contemplé la vida local.